sábado, 6 de octubre de 2007

La última buena madre. (ó Gertrudis La Extraterrestre)




Ahí esta, Gertrudis Pacheco recostada en la silla, ó cama, ó como se llame de la dentista. La boca abierta tanto que parece le va a operar la campanilla. Tres jeringazos de anestesia y ni un pujido. Sale una muela enorme y ensangrentada y ni una lagrimita. Le suturan tremendo agujero y ella, intacta, con los ojos abiertos, como si estuviera mirando un atardecer en Acapulco. Hay que tener en cuenta que la pequeña Gertru, siempre se desmaya (ba) con el dentista. Llega a casa, no esta ni una madre ni un marido, ni una nada, para preguntarle como se siente, apapacharla o comprarle su helado de limón. En el mejor de los casos, Gertrudis se va al cine, sola como siempre, sólo que con la pequeña (imperceptible) diferencia de que está vez, no parpadea. Compra su boletos, sin un por favor, ni un gracias; entra a la sala sin palomitas ni refresco; se sienta sin un abrazo y ni un te quiero, y ella permanece INTACTA. Sin recordar que en otras ocasiones, al estar rodeada de parejas melosas que se pasan los nachos masticados de boca a boca en cada beso, ella, INEVITABLEMENTE lloraba aunque la película fuese protagonizada por Adam Sandler. Y si Gertrudis Pacheco sigue INTACTA, de repente ya no habría mucho que escribir, lo que vende señoras y señores, es el drama…y de vez en cuando, el sexo.

Y ante los ojos sin despepitar de ella, la película comienza. Una buena película de suspenso no es aquella que empieza tranquilita, te sube y al final te relaja o te acaba de alterar, una buena cómo ésta, desde el inicio hace que subas los pies a la butaca (excepto a Gertrudis Pacheco, que sigue INTACTA), y aparece inaugurando la película (sin créditos iniciales) la chulada de Nicole Kidman, buscando medicamentos dentro de una farmacia destruida, como cualquier toxicómano busca en el botiquín familiar algo con que “prenderse”. Pero ella no quiere prenderse, sólo quiere mantenerse despierta. ¿Cuál es la semejanza y la diferencia entre Tom Cruise y Nicole Kidman? A parte de todas las obvias, que los dos recientemente han filmado películas de extraterrestres, la diferencia, que los de Invasores, salieron por mucho más baratos (no sólo ellos, sino también su forma de destruir) que La Guerra de los Mundos. Y como ya es tradición en éste espacio, le sacamos moraleja hasta a Mi amiga la sirena, con la “yunqui” de Lindsay Lohan, que ya hablaremos de ella. Esa parte, dónde el dejar de lado cualquier desgracia, cualquier dolor, nos hace perder el color…no, no, no…que le saquen todas las muelas a Gertrudis sin anestesia, que se muera si es posible, pero verla vestida de gris con los ojos de quien tiene una vida simple e invadida por el virus de la multitud, de la evasión; jamás, antes dejaría de escribir de ella. La humanidad no puede dejar su lado animal. ¿Quién no goza de morder el lóbulo de su amante?, ¿Quién no disfruta de cagar a cielo abierto en medio del campo? ni que decir de ese apego que tenemos a cosas que siempre hemos tenido…como las plantas, herencia de la primera curandera del primer clan: la manzanilla, el café, el té, la mota. Quizás la autodestrucción de la raza humana, le permite a la Tierra dar un paso al siguiente nivel. No negaremos nuestro instinto a cambio de la paz mundial, ni cambiaremos nuestros momentos lamentables por una evolución lineal. Los marcianos en forma de gripe fría, no son bienvenidos en esta nave.


Gertrudis salió del cine, con una mano paró un taxi y con lastra se tocaba su cachete izquierdo, había que llegar rápido a casa, la pinche muela le DOLÍA tanto, que SENTÍA que la cara, se le caía…


esclavo-patético-escriba (cronista de una vida harto sensible)