viernes, 16 de marzo de 2007

Estaremos juntos…forever. (ó Gertrudis La Siempre Viva)



Nueve años duró la espera, de esa noche que en casa de su abuela, Gertrudis hacía un esfuerzo por entender entre sumas, restas y divisiones a Pi. Siete años duró la espera, en que Réquiem for a Dream convirtiera el estomago de Gertrudis en un gallito de origami. Doblado y desdoblado mientras Kronos Quartet le dilataba la pupila. Años esperando la cita, conteniendo el matarse, para no faltar y verse irresponsable. Años sentada afuera del cine, viendo pasar mil estaciones, sin espera de acompañantes. Y la fecha llegó.

La butaca larga, gris y sola. Llega puntual, sin palomitas en la mano, el bolso en la butaca de al lado, se dobla las enaguas, se sienta y se acomoda el collar de caracoles que le hace cosquillas en el cuello. Ve su muñeca izquierda, se le ha olvidado que hace mucho tiempo, dejó de usar el reloj. Se apaga la luz y llega el, con su amplia sonrisa, sus ojos chiquitos y su acento neoyorquino.

-Ready? Le pregunta a Gertru.
-Readi. Afirma ella.

Se prende el botón; selvas mayas que esconden al Árbol de la Vida, cielos galácticos salpicados de estrellas, nieve…mucha nieve. La Muerte (sí, con mayúscula) es el personaje principal de Darren Aronofsky, la muerte como una clave inevitable para la renovación de la vida. “La muerte es una enfermedad como cualquier otra” escupe Hugh Jackman sobre nieve, más nieve. Rachel Weisz, ¡Divina! ¡Divina! murmuraba Gertrudis, tratando de no hacer ruido. Esos ojos de reina española, esos ojos de moribunda, esos cabellos arbóreos que se aferran a la vida. Pero la vida no es inevitable. Y Gertrudis inquieta, se despega del respaldo, para sumergirse en un amarillo de nebulosa, y mientras ve flotar por el espacio a Hugo, Gertrudis piensa…

-Vaya que tenemos mucho en común- y suspira. (en relación a las cabezas rapadas de ambos)

Gertrudis Pacheco es habitante de esos mundos microscópicos iluminados por la lente de Darren, y cuando esa lente se aleja, Gertru nos dice adiós, decidida enteramente a quedarse sola ahí parada, en la punta de la daga, a poblar cada estrella. Y de repente; vuelta a la sala, Gertrudis Pacheco es declarada, entre convulsiones una llorona. Llora tanto, que el buen Aronofsky saca un pañuelito color morado para que nuestra dama lo impregne con sus mocos. Quien sabe cuanto falté para el final de la película, pero Gertru ya llora. Rodeada de flores que nacen del cuerpo, y manchada con tinta para escribir, Gertru se lleva las manos a la cara cuando oye el contundente…”estaremos juntos para siempre”. ¡Mierda!, ¡mierda! ¡los lagrimales nos atacan!...¡oh little Gertrudis!, sin duda tu malestar se debe, a que en el lecho de tu muerte, sea muy probable, que nunca estés junta para siempre con nadie, “la verdad no peca pero incomoda” y a ti, sweet Gertrudis, te hizo chillar. Nadie le abrirá la cabeza a monos con tal de salvar tu vida, ni se tatuará con tinta cösmica compromiso alguno para contigo, ni beberá de la leche eterna.

-¿Porqué hablar del amor? Pregunta Gertru
-Por que los mismos árboles se erizan al sentirlo. Contesta Darren

-¿Por qué hablar de la muerte?
-Porque las mismas estrellas agonizan en el cielo

-¿Porqué hablar del renacimiento?
-Por que es la única utilidad que repodemos encontrar al hecho de morirnos.


Lo primero que siente Gertrudis Pacheco al salir de la sala de cine es un aire frío que le rodea su rapada cabeza, se cubre con el rebozo y sigue caminando, dejando gotas de lagrimas a cada paso. Gertrudis no decidió como nacer, pero ha decidido como morir, y no lo hará suplicando urgida un ”estaremos juntos para siempre”. No señor.

Y ella tuvo un sueño; un insecto interno, chiquito pero vivo decía:

“soy la nebulosa que se deshace, para renacer en mil estrellas”

El esclavo-patético-escriba. (Cronista de una vida…tras otra vida, tras otra vida)





La fuente de la vida (The fountain)
EUA, 2007…(creo que el año reproducción es el pasado)
Director. Darren Aronofsky
Reparto. Hugh Jackman
Rachel Weisz
Ellen Burstyn

No hay comentarios.: